La crisis del Covid-19 ha dejado aún más en evidencia la situación en la que se ven obligados a trabajar los jornaleros en el campo español. Viven hacinados, sin apenas medidas de seguridad, en condiciones infrahumanas.

La situación que viven los jornaleros es la explotación más cruda y agresiva que puede haber. Materializada en, por ejemplo, los fallecimientos de obreros del campo todos los veranos cuando se ven obligados a trabajar en plena ola de calor a pesar de que exista la capacidad productiva para que no tengan que trabajar de sol a sol en verano y por una miseria.

La única explicación posible es el capitalismo, es maximizar el beneficio de los empresarios agrícolas, los cuales harán todo lo posible por aumentar sus ganancias aunque esto suponga condenar a sus trabajadores. Cada vez son más parasitarios y dependientes de la subvenciones de la Unión Europea.

Estos empresarios son los primeros que compran el discurso vendepatrias de Vox, ellos son los culpables del efecto llamada que trae a los inmigrantes ilegales para usarlos a sus anchas. Y mientras tanto, el Gobierno mira hacia otro lado, con su falso discurso antiracista que condena a los propios inmigrantes a vivir en “ghettos” y a ser explotados hasta la muerte.

Para acabar con esta explotación es necesaria una reforma agraria mediante la expropiación a los grandes terratenientes. Además, acabar con nuestra dependencia de la Unión Europea y para poder volver a tener un campo productivo, modernizado y en el cual se acabe con esta explotación de los obreros del campo.